Solo conocemos Bali, que es una limitada muestra del país.

Bali es tan caótica como turística, es una pequeña Babel donde podes encontrar gente de todos los países del mundo y escuchar todas las lenguas. Pero aun así sus lugareños están tan presentes que es muy fácil entrar en sus vidas, su religión, que esta presente con cada paso, sus costumbres, a veces exóticas para los occidentales.

Esta Isla tiene playas hermosas, y otras no tanto, algunas no nos gustaron, estaban sucias o muy abarrotadas de gente, pero como en todo lugar turístico, solo es cuestión de moverse y descubrir otros lugares, otros puntos de vista. 

Perdernos por los campos de arroz en Ubud, recorrer en bicicleta sus calles, a lo Julia Roberts en «comer, rezar y amar» fue una de nuestras más recordadas experiencias en esta isla que nos enamoró, y que no descartamos algún día vivir un tiempito (como Barcelona, Paraty, Italia, y cuantas más jajaja)